No es de la misma naturaleza el orden espontáneo cuando se trata de objetos inanimados que cuando se trata de seres con conciencia , capacidad racional y de elección. El orden espontáneo en los objetos inanimados es totalmente determinado por las circunstancias, pero en los seres pensantes es en mucho mayor medida el resultado de las creencias y filosofía dominantes. Una sociedad convencida de que la riqueza viene "de arriba" , de Dios o de la Naturaleza y que lo único que le cabe al ser humano es distribuirla equitativamente convergerá a un "orden espontáneo" completamente diferente al que emerge en una sociedad cuyos miembros conocen que la riqueza es el producto de su trabajo e inteligencia. Una sociedad cuyos individuos se sienten con derecho a buscar y construir su propia felicidad arribará a resultados "espontáneos" muy diferentes a otra sociedad de individuos cuyas mentes están quebradas por el cuento del "Paraíso Perdido" y el &