¿¿de qué?? ¿¿de quién??
Algunos podremos tomar ese sujeto mítico como la metáfora de algo real, o de la realidad misma y así rescatar el consejo, pero temo que lo que estuvo ocurriendo en los últimos siglos es otra cosa: al dejar adherida la ética y la moral a fundamentos mitológicos , la inexorable caducidad de lo mítico se lleva consigo al fondo del mar a sus conclusiones morales y éticas , a las malas y erróneas pero también a las buenas y acertadas , y el poco desarrollo de fundamentos más firmes y racionales condujo en muchos casos a un relativismo totalmente erróneo.-
No estoy diciendo que los creyentes no puedan o no deban ser personas buenas y profundas gracias a sus creencias... al contrario, veo a diario que los auténticos creyentes suelen serlo ( por lo general, cuando logran eludir las garras de la hipocresía).- Pero el hecho es que hay cada vez menos creyentes , e inexorablemente habrá cada vez menos, porque ése es el efecto inexorable del avance del conocimiento y el acceso a la información.-
Por éso es urgentísimo poner al alcance del creciente universo de los no-creyentes una fundamentación no mítica sino totalmente racional ( que no significa racionalista) y realista de la ética y la moral.